20/1/12


Hoy llegaron mis cajas que envíe por correo.

Tenía miedo de que llegaran abiertas, violadas o simplemente que no llegaran ¿por qué? Porque ahí venía mi vida, una gran parte de mis pertenencias viajaban en el sistema de Correos de México.

Afortunadamente llegaron sin ningún percance y mejor aún, mas de una semana de anticipación. Cuando las entregue, el 13 de enero, me dijeron que llegarían en el lapso de 2 semanas. Imaginarán mi sorpresa cuando me comentaron que había llegado el aviso de que se encontraban en la oficina de correos.

Como seguía sin creerlo, decidí entrar a la página de Internet y hacer el rastreo con el número de guía. Pues efectivamente, ya estaban en la oficina, listas para que pasara a recogerlas.

Entonces revise en donde se localizaba la oficina, cerca de la casa donde me estoy quedando, así que tome el carro (que gentilmente me han prestado para moverme sin problemas) y me encamine a mi rumbo. Fue una travesía llegar hasta la oficina, pero lo logre son mucho problema. Al atravesar la puerta, veo que mis cajas están apiladitas y mas que listas para ser llevadas a su nuevo hogar. Me acerco a la señorita que se encuentra en un escritorio de frente y le informo que iba a recoger ese montón de cajas; muy amablemente me menciono que estaban esperando desde el día de ayer, pero que no había ningun problema. Firme algunos formatos, me identifique con mi credencial y listo, a moverlas en 2 viajes.

Al llegar a la casa, me invadió una emoción similar a la de los niños cuando reciben sus regalos de navidad, podría decirse que fue mi navidad aunque con cosas que son parte de mi historia.

Inicie el proceso de desamarrarlas y desenvolverlas, todo cuidadosamente como si fuera un papel fino (aunque en realidad es un corriente Kraft) pero sin embargo decidí hacerlo cuidadosamente. Al abrirlas fue como hallar un tesoro! Algo que ya conocía pero que causo la misma emoción que cuando nuevo.

Toda esta emoción porque sentí que mi vida no se quedo atrás, sino que me alcanzo para continuar con la aventura; cada que abría una caja y descubría su contenido me iluminaba un poco mas. Llame a mi Papá para avisarle la noticia y creo que el también se animo (entre lo oportuno y rápido de la mensajería), platicamos mientras seguía desenvolviendo y abriendo y al final, como siempre, me dio sus consejos de padre preocupado... pero con eso saco me una sonrisa y me provoca hacerle caso como si fuera un pequeño.

Es increíble como unas cajas con, lo que muchos llamarían basura, me pudo levantar el ánimo de esta manera. Siento que ya no empiezo de cero, y que si bien no voy a utilizar todo en este momento, no estoy sin nada. Pocas cosas, pero son mías y me ayudan a no sentirme tan "indefenso".

No hay comentarios: